First Infant Schools
Robert Dale Owen
Robert Dale Owen, hijo de Owen, nos dejó una descripción de la vida en la escuela de la primera infancia: “Se les inculcaba los hábitos de orden y limpieza. Se les enseñaba a no pelearse y a tratarse con amabilidad. Se les divertía con juegos infantiles y con cuentos adaptados a sus facultades de comprensión. Se reservaron dos salas espaciosas y ventiladas, una para los alumnos menores de cuatro años de edad y la otra para los que tenían entre cuatro y seis años. Esta última aula fue decorada con pinturas, principalmente de animales, y con algunos mapas. Asimismo, había en ella muestras de historia natural procedentes de las huertas, el campo y los bosques que servían de tema de conversación y para breves charlas familiares; pero no había nada formal, nada que aprender, ninguna lectura de libros (R.D. Owen, 1874).
Owen, pensador y activista del primer socialismo británico (Newton, Gales, 1771-1858). Fabricante inglés entusiasta de las mejoras sociales e hizo construir en su fábrica de New Lanark (Escocia) en 1816 la primera infant school destinadas para los hijos de los trabajadores. La primera escuela estaba destinada a los niños más pequeños (desde que podían andar solos), y así se iban graduando hasta llegar a la de los adultos. El oficial tejedor Diego Buchanan estaba al mando de la de párvulos (o preparatoria, tal y como él la llamaba). Estas escuelas poseían medios con que divertir a los niños además de un espacio para jugar al aire libre, sin perjuicio de salir a pasear por e campo cuando el tiempo lo permitía, y contaron desde sus inicios con un gran apoyo, logrando difundirse por parte de las instituciones privadas. La situación española respecto a países como Gran Bretaña era muy diferente, sobre todo en cuanto a su nivel de desarrollo.
Desde el punto de vista de Owen, y en oposición a los filósofos del individualismo, el Hombre es un producto social, manufacturado. Cree en la omnipotencia de la razón, por lo que su ideología asienta sus bases en la educación. Se puede considerar a Owen a uno de los padres del pensamiento pedagógico. El hombre es bueno por naturaleza pero las circunstancias no le dejan serlo (idea original de Rousseau, y que quizá el adapte). Quiere mejorar el entorno del hombre para que éste sea bueno, para que emerja su bondad. El hombre bueno trabajará mejor voluntariamente.
Sus principales ideas pedagógicas son:
- · Tratar de un modo natural a la gente para ganar su confianza.
- · Seguir los principios establecidos por el sistema lancasteriano: la obediencia, el orden, el trabajo, la atención constante, la regularidad dándoles prioridad sobre la lectura, la escritura y el cálculo.
- · Criticar la educación publica del momento, ya que se le daba demasiada importancia a la memoria, la lectura y la escritura, que no son más que instrumentos para impartir el conocimiento y son de poco valor si no se enseñan a utilizarlos adecuadamente.
- · Importancia de las actividades lúdicas.
- · Papel clave de los padres en los primeros años de vida.
En definitiva, sus ideas eran subjetivas y excesivas pero sus planteamientos acertados y previsores. El medio no solo determina el carácter, sino también la educación. Este se forma antes del segundo año de vida, por lo que no es posible reformarlo si no se han dado las bases de una educación moral. Por tanto, para Owen la educación es un derecho de todos y consiste en ser bueno, sabio y feliz.
Sus objetivos se centrarían en ofrecer los conocimientos instructivos necesarios para posteriormente poder incorporarse a la enseñanza de las primeras letras. A esta idea se uniría la de impartir hábitos saludables en aspectos físicos, morales e intelectuales. En tercer lugar estaría el hecho de alejarles de las calles y protegerles de los peligros que allí podrían encontrar, eliminando así un factor de riesgo para la estabilidad social.
Creía mucho en la eficacia de la educación para ayudar a la humanidad, sobre todo si comenzaba desde temprana edad. Sus escuelas infantiles atendían a niños desde que comenzaban a caminar hasta los 6 años, organizados en grupos de 1 a 3 años y para niños de 3 a 5 años, además escuela para niños de 5 a 10 años. Con estos centros, se proponían dos objetivos: que las madres que trabajaban en sus fábricas tuvieran un lugar seguro donde tener a sus hijos durante la jornada laboral y en segundo lugar, se preocupaba por proteger a los niños de la mala influencia del medio social; por esto, en la educación se hacía énfasis en la honradez, sinceridad y cortesía. Consideraba el juego como elemento importante, los niños pasaban gran parte del día jugando al aire libre; durante el juego los educadores dirigían la atención hacia la naturaleza. Los niños conversaban entre ellos libremente, los educadores les daban a conocer los objetos en determinado momento, enseñándole los nombres de estos durante las explicaciones y las conversaciones, también se utilizaban medios visuales. Antes de entrar a la escuela primaria a los niños no se les enseñaba a leer, ya que Owen estaba en contra del aprendizaje de la lectura a edad temprana, opinaba que las charlas libres, las observaciones de la naturaleza, el conocimiento de los objetos y fenómenos de la vida real son los medios más efectivos para su desarrollo.
Se construyó una escuela de dos plantas; la planta alta se dividía en dos aulas para los niños de 6 a 14 años de edad; la primera de ellas estaba dotada de pupitres y bancos, como en el sistema lancasteriano, y en la otra había muestras de historia natural, cuadros y mapas, y podía utilizarse también para las clases de canto y danza. La planta baja estaba destinada a los niños pequeños y constaba de tres aulas. El edificio se aprovechaba al máximo: durante el día lo utilizaban los niños, y por la noche los adultos. Unos 300 niños recibían educación en la escuela, que era mixta. Las cualidades que buscaba Owen en sus maestros era el amor a los niños y la voluntad de cumplir sus instrucciones. No debían administrarse castigos corporales, los maestros no debían emplear palabras destempladas y no había que “aburrir con libros” a los niños. Se alentaba a los alumnos a que hicieran preguntas cuando lo estimaran necesario y, sobre todo, se procuraba que fuesen felices. No había premios ni castigos.
Buchanan, que tenía grandes dotes pedagógicas, elaboró su propio método para distraer a sus alumnos. Tocando la flauta, llevaba a los niños tras él hasta las orillas del río Clyde, donde se les permitía jugar hasta que regresaban a la escuela. Se fomentaba el canto, la danza y la apreciación de la naturaleza. Había ejercicios de gimnasia que se acompañaban batiendo palmas y cantando en coro los números. Al contrario de Owen, Buchanan creía que los niños debían tener algunos conocimientos religiosos. Los asociados de Owen y los padres de los niños exigían que se les impartiera una instrucción religiosa. Así pues, se compraron libros de cánticos y Biblias para la escuela. El plan de estudios moderno se componía de las tres asignaturas básicas (lectura, escritura y aritmética), costura, historia antigua y moderna, geografía, botánica y geología. La historia natural se consideraba importante y los alumnos recogían ejemplares de botánica y de geología del campo circundante y los exponían en las aulas. Owen encargó a un maestro de Londres que pintase grandes telas sobre temas de la historia natural y de la historia de las naciones, que se montaban sobre rodillos. La música desempeñaba también un importante papel, junto con el canto y la danza; se enseñaban canciones y danzas de diferentes países, y coros compuestos por unos 150 niños interpretaban diversas melodías. El ejercicio físico consistía en desfiles y ejercicios en el terreno de juego, esto no sólo estaba encaminado a fortalecer la salud y el carácter de los muchachos. Owen estableció que, bajo la supervisión de un instructor competente, se distribuyesen armas de fuego a los alumnos “de peso y tamaño proporcionados a la edad y la fuerza de los muchachos, a los que quizás también debería enseñárseles a practicar y entender maniobras militares más complejas”. Se utilizaban interesantes métodos pedagógicos: con pequeños bloques de madera los niños aprendían a sumar y restar, con tarjetas ilustradas se les enseñaba a leer, y se utilizaban letras de metal para el aprendizaje del alfabeto. Los niños de mayor edad aprendían los elementos de la frase a los que se asignaba grados militares, por ejemplo: General Sustantivo, Coronel Verbo, Cabo Adverbio etc. La aritmética se enseñaba con la tabla de unidades de Pestalozzi y la teoría de las fracciones con la tabla de los cuadrados, en la que cada cuadrado se divide en partes iguales. La mayoría de las disciplinas literarias y científicas se enseñaban en la escuela superior mediante conferencias a grupos numerosos. Además, se organizaban otras visitas que a veces no podían calificarse de educativas.
Hemos de destacar que la labor que llevó a cabo Robert Owen, dar importancia a la educación de los más pequeños a pesar de que por sus condiciones de vida y, teniendo en cuenta la época de la que este autor es coetáneo, no estuviese aceptado por la sociedad, supuso un vuelco en la concepción de la educación y de la importancia que se le ha de dar a que los pequeños realicen actividades físicas, aprendan de sus experiencias y despertar la curiosidad en los mismos. Podemos afirmar que estas Primeras Escuelas Infantiles suponen una base fundamental en las actuales, pues nadie niega la relevancia que tiene que los niños jueguen y aprendan de esta manera. Es por todas las aportaciones que hemos visto que Robert Owen aportó por las que hoy lo conocemos como el padre de la pedagogía y sus concepciones son, indiscutiblemente, valoradas en la actualidad.
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